Y ahora...

Lo que empezó siendo un espacio de reivindicación de la letra manuscrita, se convirtió en mi espacio personal, en el que reflejar aquello que quería transmitir. Mejor o peor, en el vehículo de aquello que me gusta que se sepa de mi en ese momento.

Hoy, años después de su inicio he caído en la trampa tecnológica. Coger lápiz y papel, más allá de la lista de la compra o cualquier lista que se me ocurra, es una tarea titánica. Nos puede la comodidad, ¿qué le vamos a hacer?

Ha día de hoy, y con intención de retomar la escritura en cualquiera de sus formas. Retomo, pues, el blog con el que empezé para reflejar momentos que quiero compartir, que espero que sean muchos y buenos.

Aida.

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